TÓMALO
Una sonrisa cruzada en un tablero de ajedrez, dos piropos mal dichos y tres declaraciones de orgullo que contrarrestan el juego. Me gustas. Sí, "oye que me gustas", quiero decírtelo sin que me tiemble la voz, sin que se tambalee la reputación de una tipa dura que siempre ha llevado los pantalones. Quizás no puedo decírtelo porque me he lanzado tantas veces al vacío sin éxito, que al final he terminado por vaciar todas las palabras bonitas que conozco; y están tan vacías que no te quiero regalar ninguna. Quizás es eso: callar, una forma de hacer justicia a lo que te pienso y a lo que te siento. Dicen que quien calla otorga,
pero empiezo a pensar que ese refrán lo inventó el orgullo.
Por eso voy a serte sincera y lo digo: me gustas, más de lo que crees y más de lo que quiero. Pero voy a serte sincera otra vez: no solo siento por ti, siento por cada pedacito de mi historia, por cada persona que ha dejado una mínima huella, por cada esquina del baúl de mis recuerdos. Pero voy a serME sincera: te escojo a ti. Tómalo, juguemos y, si Dios quiere, ganemos.
pero empiezo a pensar que ese refrán lo inventó el orgullo.
Por eso voy a serte sincera y lo digo: me gustas, más de lo que crees y más de lo que quiero. Pero voy a serte sincera otra vez: no solo siento por ti, siento por cada pedacito de mi historia, por cada persona que ha dejado una mínima huella, por cada esquina del baúl de mis recuerdos. Pero voy a serME sincera: te escojo a ti. Tómalo, juguemos y, si Dios quiere, ganemos.